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El cálculo infinitesimal es aquel que involucra números infinitamente pequeños; sin embargo, la pelea que se generó por su autoría fue infinitamente grande. Y enfrentó en pleno siglo XVII, a dos eminencias: el británico Isaac Newton y el joven alemán Gottfried Wilhelm Leibniz.

Dos hombres se encuentran en una polvorienta casa en las afueras de Jerusalén. La historia los conocerá como San Pedro y San Pablo, pero ellos no lo saben: son sólo dos hombres que intentan llegar a un acuerdo.

La historia del arte está plagada de mujeres que, a pesar de su talento, fueron ignoradas. Artemisia Gentileschi, nacida en Roma a finales del siglo XVI, podría haber sido una de ellas. Sin embargo, su vida y obra hoy cobran relevancia.

El pensamiento es una fiesta de los músculos, supo decir Nietzsche, uno de los filósofos caminantes más conocidos de la historia. La frase desmiente la imagen de hombres sedentarios y encerrados, que a menudo nos hacemos de los intelectuales y los escritores. Caminar, según parece, ayuda a poder pensar mejor.

Conoce la historia del profesor francés que desarrolló el método pedagógico basado en este extraño principio: se puede enseñar lo que no se sabe; es posible ser maestro de aquello que se ignora.

Imaginar al gran científico de traje y con una banda presidencial cruzándole el pecho es difícil. Sin embargo, hubo una vez en que casi ocurrió…

La historia de esta monarca del Renacimiento, apasionada por el ocultismo y la alquimia, y buena amiga de Nostradamus, abunda en muertes sospechosas y sangrientas intrigas palaciegas.

Ciertas creencias pseudocientíficas pueden ser muy perjudiciales para la sociedad; esta es la historia de una de ellas, que nos podría haber privado de una de las más importantes contribuciones en la historia de la biología: la teoría de selección natural, de Charles Darwin.

Conoce la verdadera historia de la creación de uno de los platos más representativos de la cocina argentina: el revuelto gramajo.

El demonio Jirania no podía ser muerto por ningún hombre ni animal, no podían matarlo dentro ni fuera de su casa, ni de día ni de noche, ni en la tierra ni en el cielo.