Mitos y Leyendas

El demonio Jirania no podía ser muerto por ningún hombre ni animal, no podían matarlo dentro ni fuera de su casa, ni de día ni de noche, ni en la tierra ni en el cielo.

“¿Rezar cuarenta veces por día?” se asombra Moisés, mirando a Mahoma como si mirara a un niño. “Es una barbaridad”.

Siete vacas gordas cruzan el río Nilo, seguidas de siete vacas gordas que se las comen pero siguen igual de flacas.

Dédalos, el más famoso arquitecto de la antigüedad, agita sus alas, hechas con plumas de águila y cera de abejas, y se eleva sobre las paredes de su cárcel: el laberinto que él mismo creó.

Brahma despierta de su larga inexistencia y se dispone a crear, una vez más, el Universo. Comienza por engendrar a sus hijos varones. Luego concibe a su hija, Shatarupa; la crea con tanta belleza, y llena de tan nobles atributos, que se enamora perdidamente de ella.

Indra, el rey de los dioses, le encarga a su arquitecto que construya el palacio más bello y lujoso del universo. Al verlo terminado, mira con desprecio al arquitecto y le dice que el rey de los dioses debe tener una morada a la altura del lugar que ocupa en el universo.

El mito del Mesías desvela a la humanidad desde la sombra de los tiempos.

El príncipe Sidarta se sienta debajo de la higuera sagrada, endereza su columna y entrecierra los ojos. Decide no moverse de allí hasta encontrar la causa del sufrimiento y su solución.

El rey mono es una criatura divina. Se gestó durante mil años en el centro de una roca y, a través de largas meditaciones, se volvió inmortal. Sin embargo, nunca dejó de ser un mono travieso, atrevido y engreído.

Atardece en el río Tapajos, en el centro de la selva amazónica. En la superficie del agua asoma su hocico rosado el Botú, delfín del Amazonas; su presencia es tan conmovedora que sus leyendas pueblan todo el imaginario amazónico.